viernes, 20 de junio de 2008

Ética y política.


Hola a tod@s!!
Les dejo con una pequeña conclusión hecha por mí, a partir del texto de Adolfo Sánchez Vazquez "Ética y política".
Otro mundo es posible, otra relación entre política y moral es posible. Si nosotros hemos podido destruir todo eso, ¿por qué no seremos capaces de hacerlo de nuevo? ¿Se ha perdido la acción colectiva, radical de la izquierda? Creo que no es así, y para ello me gustaría destacar a grupos como los movimientos antiglobalización. Describiré con el apoyo de Carlos Taibo, algunas de sus virtudes desde mi punto de vista; una primera, podría ser su resistencia global. Al contrario que el pacifismo, el ecologismo o el feminismo que presentaban una resistencia parcial, en esta ocurre todo lo contrario; otra virtud, es que creo que sintonizan mucho con los movimientos obreros, pues tienen en común muchos puntos habituales entre los que destacan la lucha contra la explotación, exclusión o feminización de la pobreza; poseen redes interconectadas entre todo el mundo a través de internet, de forma que todas las personas se pueden enriquecer, tanto gente del hemisferio norte como del sur; y por último, y en palabras de Carlos Taibo, “el hecho de que los movimientos hayan rescatado para la tarea de la contestación a mucha gente joven ”. He creído necesaria esta descripción pues no merecen la publicidad que a mi parecer deberían tener.
Tampoco nos podemos olvidarnos de intelectuales, músicos, etc., como Ignacio Ramonet, Manu Chao, Sami Naïr…que mediante sus palabras y canciones pretenden denunciar ese mundo injusto del cual nos habla dicho texto en su final.
Como bien dice Adolfo Sánchez Vázquez, la historia sigue abierta, y pienso que estas personas son las que hacen posible esta franca. Debemos renunciar a ese individualismo asfixiante del mercado y recuperar la acción militante y colectiva. Debemos apropiarnos de los medios necesarios para conseguir nuestros fines, pero sin que ello tenga que hacernos renunciar a nuestra moral. Nuestra política para ser justa e igualitaria necesita de ella más que nunca en estos tiempos. La izquierda radical tiene un asunto presente con la historia y ya es hora de actúe. Las nuevas tecnologías, todo esta información que nos satura, hay que saberla utilizarla de una forma crítica y responsable. Hay que educar en ellas de una forma, que sirva al ciudadano a sentirse una persona más interesada por los problemas que existen en el mundo. Que le sirvan para que abra los ojos ante tanto televisor manipulado. Por eso, y desde mi condición de pedagogo, alego a la educación, como la mejor arma junto a la política. Creo que las dos deben ir unidas. Como bien dice Giroux, “es preciso que los educadores definan las escuelas como esferas públicas en las que la dinámica del enfrentamiento popular y de la política democrática se pueda cultivar como parte de la pugna en pos de una sociedad democrática radical ”.
Mi alternativa es rescatar toda esta información, desde libros, música, internet, etc, sobre la globalización, la democracia, los derechos humanos, de las cuales nos hablan todas estas personas y movimientos que he estado nombrando y llevarlo a la escuela. Es necesario que los niños conozcan el verdadero presente. Recuerdo a un autor, Gianni Rodari, que escribía cuentos surrealistas, pero que hablaban del mundo real, de las guerras… Hay que luchar porque la música entre en las aulas. Canciones como “princesas” de Manu Chao deberían ser un instrumento más. Hay que introducir estos ejemplos y muchos más en las escuelas. Creo que es la única forma para que la gente empiece a actuar como un auténtico militante de verdad.
Para terminar, me gustaría escribir un poema de Bertolt Brecht.:

“Hay hombres que luchan un día
Y son buenos
Hay otros que luchan muchos años
Y son muy buenos
Pero están quienes luchan toda la vida:
Esos son los imprescindibles.

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