lunes, 16 de noviembre de 2015

Educar por competencias y educar para la paz, ¿ un binomio posible?

Hola a todos/as,


"Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, la  gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz". Maria Montessori.

No es la primera vez que escribo sobre las malditas competencias. Ya en el año 2009 escribí dos post acerca de este término. Uno se titulaba " Educar por competencias, ¿ qué hay de nuevo? " y hacía referencia al libro escrito por varios autores de reconocido prestigio en España. En el mismo Gimeno Sacristán nos advertía que se trataba de un orientación en el lenguaje que venía apoyado por instituciones o organismos a nivel mundial, es decir, OCDE, FMI, Banco Mundial, etc. 

El segundo post se titulaba "Educar por competencias ( 2 parte)" y hacía alusión a una serie de videos propuestos por el profesor Manuel Area para desarrollar la competencia digital, sin olvidarme de otros aspectos que he comentado ya con anterioridad.

Hoy le escribo de nuevo a las malditas competencias y lo hago al observar la imagen que pueden ver al principio de este post. Estoy harto, cansado de tanta competitividad entre las escuelas y por ende en el mundo. En los colegios, todos los años. realizamos continuamente actividades para conmemorar el día de la paz: pintamos una paloma blanca, lanzamos varios mensajes preciosos y a partir de ahí ya nos olvidamos de ella y seguimos competiendo por ser el mejor colegio de todos, aplicar la metodología más flipante que encontremos y a volar. 

¿Por qué hemos asumido ese discurso sin rechistar? La escuela no puede ni debe convertirse en un lugar de guerra, de competición constante. El discurso occidental está presente en todos los preámbulos de nuestras últimas leyes educativas: que si la OCDE, que si el Informe Pisa...todos organismos controlados por las potencias económicas culpables de todas las guerras del mundo. Sin embargo, asumimos este discurso normal. 

No quiero una escuela competitiva, quiero una escuela, como bien dice Montesorri, que eduque para cooperar y que ésta misma sea una respuesta ante este mundo que muchos no queremos ver. Necesitamos recuperar una teoría crítica en la escuela que pueda recuperar espacios de democracia perdidos ante tanta competencia. Nuestras futuras generaciones, estoy seguro, lo agradecerán.

Por un mundo sin guerras y sin competencias. Un abrazo a todos/as.



3 comentarios:

Jesús Hernández dijo...

Estimado amigo, debemos erradicar la competición, al menos pura y sin valores. De lo contrario, no hay paz que valga. Creo que es una razón más para educar desde la motivación intrínseca y no la extrínseca. Totalmente de acuerdo contigo. Un abrazo, Carlos

Carlos González Ruiz dijo...

Muchas gracias por pasarte por el blog y encima comentar. El hecho de leer la foto compartida a través de FB por un amiga me ha hecho reflexionar sobe lo que estamos haciendo desde la educación. Creo que es muy necesario replantearnos esta cuestión. Quizás en un futuro hang-out de esos chachis que haces ;), un abrazo Jesús

Adargoma dijo...

Ay Carlos, cuanta razón tienes en todo lo expuesto en tu entrada, pero la realidad es otra bien distinta, a casi nadie le interesa tener escuelas no competitivas, a casi nadie le interesa la cooperación. El mundo real se deja llevar por la competitividad, por el capitalismo salvaje que impera en la actualidad, por el sálvese quien pueda. Las clases dirigentes ya tienen diseñado su futuro y en él no entra nadie más. Seguiremos batallando modestamente para que eso no sea así. Luchar hasta el fin, siempre. Un abrazo. Juan