Páginas

lunes, 12 de mayo de 2008

¿Globalización?

Después de la segunda guerra mundial, y gracias a la lucha de múltiples movimientos sociales, los Estados se vieron en la necesidad de dar cobertura a una serie de aspectos entre los que se encontraba la sanidad, la educación, etc. Se creía y se pensaba que era deber del Estado adquirir una serie de funciones con el fin de apoyar lo público, creando de esta forma una sociedad más justa e igualitaria. Sin embargo, a partir de los años 70, y con sus máximos exponente en Margaret Thatcher y Ronald Reagan se empezó la discusión, poniendo en tela de debate, si el sector público podría atender a todas las demandas del mercado y la población. Aquí fue cuando empezó un declive del Estado que actualmente sigue siendo tema de interés. Las transferencias del sector público a lo privado, esa polarización que vemos tanto en educación como en sanidad, como en otros ámbitos de nuestra sociedad fue y sigue siendo debate primordial de aquello que todavía nos atrevemos a llamar Estado del bienestar.

Este pequeño desarrollo que hemos explicitado, lo podemos enclavar dentro de un contexto determinado, destacando los países occidentales tales como USA o Gran Bretaña, así como los países escandinavos como Suecia, Noruega, Finlandia, Alemania, etc. Es importante hacer mención a dichos países, pues el desarrollo que aquí nos ocupa, España, tiene un desarrollo distinto, debido a múltiples causas que más adelante explicaremos con mayor precisión.

Con el avance de la globalización y el neoliberalismo, los Estados, se ven en la necesidad de adaptarse a las políticas económicas internacionales, para de esta forma, procurarse un desarrollo económico que les permita estar entre las naciones más poderosas del mundo. Este imperialismo económico es fundamental para poder entender como en España nunca existió un Estado del bienestar, tal y como se produjo, por poner un ejemplo en Suecia. Antes de empezar con un análisis más detallado del contexto español me gustaría citar a Eduardo Galeano, cuando nos habla de la invisible violencia que el mercado y la globalización tiene sobre los diferentes países. Así nos comenta que, “esta dictadura de la uniformización obligatoria es más devastadora que cualquier dictadura del partido único: impone, en el mundo entero, un modo de vida que reproduce a los seres humanos como fotocopias del consumidor ejemplar[1]”. Esto tiene relación, pues España ha sido un país , que antes de arreglar el problema de lo social, ha tenido que adaptarse a eso que Galeano llama, “partido único”, pues se ha visto en inmerso en una política neoliberal, fuera cual fuese dicho gobierno de turno. Con el Partido Popular estas políticas estaban en su auge, pero con el Partido Socialista, tampoco podemos decir que cambien mucho las directrices. Hay cambios sustanciales y hasta algunos significativos pero nunca como para poder decir que nos encontramos en un Estado del bienestar. Podríamos hablar de una cultura del bienestar. Sobre este tema de la globalización y más metidos en el contexto español me gustaría también destacar algunas palabras de José Luis Sampedro que nos dice lo siguiente: “Hay que poner en evidencia, además dos cosas. La primera es que de ninguna manera la globalización, que apela a la idea de global, es de todos. Siempre dicen: “Estamos globalizados”. Pues no, mire usted: hay unos pocos globalizados y otros que están desglobalizados. Unos son los globalizadores y otros los globalizados. Estos últimos sufren como el fumador pasivo, que no disfruta del tabaco pero se envenena exactamente igual, ¿verdad?[2]”. Es increíble como nos tienen engañados, y es que el poder de los países ricos no lo hemos asimilado todavía.

He encontrado un vídeo que es para no perdérselo... un análisis del modelo capitalista de producción y consumo, didáctico y compactadito en 20 deliciosos minutos.


[1] Galeano, Eduardo (2004). Patas arriba, la escuela del mundo al revés Pág. 260. Editorial Siglo XXI. Madrid.

[2] José Luis Sampedro vs Carlos Taibo (2006). Sobre política, mercado y convivencia. Pág. 27. Editorial Catarata Madrid.

1 comentario: